Dichos gastos incluyen:
• cuotas anuales para el asesor financiero de la empresa;
• cuotas fijas y comisiones para el corredor de la empresa;
• la auditoría anual cuesta más para cumplir con las IFRS (International Financial Reporting Standards);
• la comunicación financiera al público y a los inversores;
• preparación y publicación del informe anual;
• el tiempo de administración dedicado a presentaciones de inversionistas, comunicaciones y cumplimiento normativo; y
• personal adicional necesario para gestionar los problemas de cumplimiento.