Entre los siglos XIX y XX, la Universidad de Göttingen en Alemania, es la Meca de las matemáticas y también parte de la física. Pasaron aquí como estudiantes o profesores, Carl Friedrich Gauss, Bernhard Riemann, Felix Klein y Arnold Sommerfeld, David Hilbert, Hermann Minkowski, Kurt Gödel y Albert Einstein, Max Planck, Max Born...Un sorprendente conjunto de genes, que a menudo tienen algo que decir al pensamiento filosófico y teología.
Me gustaría hablar del primero, el célebre Gauss, el "Príncipe de los matemáticos", a menudo considerado como el más grande matemático de la época moderna. Gran parte de su vida que estuvo en Gotinga como estudiante, desde 1795 a 1798 y luego como profesor (hasta su muerte en Göttingen, en 1855). Ya con una brillante carrera como estudiante comienza muy pronto, con una serie de contribuciones a la investigación matemática.
El primer día del nuevo siglo, el enero de 180, el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi don ("el Colón de los pequeños planetas") descubrió el primer asteroide, Ceres, pero en definitiva le pierde la pista, Gauss predice el punto exacto en el que reaparecerá,
haciendo uso del método de los mínimos cuadrados. Ceres aparece justo en el punto indicado por Gauss en 01 de enero de 1802. Así comenzó el papel del gran matemático en el campo de la astronomía y en 1807 fue nombrado Director del Observatorio y profesor de Astronomía en Göttingen. En honor del astrónomo italiano, sacerdote Gauss llama a un hijo Joseph. Por el momento contribuye Gauss en diversos campos, además de las matemáticas y astronomía, Geodesia, magnetismo, y óptica.
En relación con el pensamiento religioso y filosófico de Gauss, puede reconstruirse sobretodo gracias a la biografía de Wolfgang Sartorius von Waltershausen, Director del Museo de Mineralogía y Paleontología de la Universidad de Gotinga y un amigo cercano de Gauss. El Sartorio, escribe un texto impreso en Leipzig en 1856: "todos los continentes, la idea de una vida personal después de la muerte, la creencia firme en una orden final en un Dios eterno, omnipotente, omnisciente, eran la base de su vida religiosa, en perfecta armonía con su investigación científica".
Informa también algunos pensamientos expresados por el gran matemático: «allí es una alegría en este mundo de la mente que encuentra satisfacción en la ciencia y una alegría de corazón que se expresa principalmente en los esfuerzos del hombre para iluminar las preocupaciones de uno al otro. Pero si el plan del ser supremo es crear viviendo en diferentes planetas y asignar a sus años de disfrute ochenta o noventa y de la existencia, es en verdad un cruel plan. Si el alma vive 80 años o 80 millones de años y luego debe morir algún día, entonces esta vida es una mera extensión del camino. Sin contar nada. Así uno es conducido a la conclusión de que, además de este mundo material hay otro, puramente espiritual...». "Esta convicción divina – ELA Sartorius - era comida y bebida para su espíritu a la medianoche silenciosa cuando sus ojos cerrados...".
Sabemos que Gauss vio las matemáticas e intento de leer en el plan divino de la creación, pero él sabía muy bien, por el contrario, lo que los límites del conocimiento humano. Dice Sartorio que en una ocasión le oí decir: "es el mismo para mí si Saturno tiene 5 o 7 lunas. Hay algo de los más altos en el mundo". Otro biógrafo, el Dunnigton, lleva otra sentencia de Gauss: hay preguntas cuyas respuestas pondría un valor tan infinitamente mayor que el de las matemáticas, por ejemplo las relativas a la ética, o nuestra relación con Dios y nuestro destino y nuestro futuro; Pero su solución es inalcanzable por encima de nosotros, fuera del alcance de la ciencia. " Para esta lectura, todas las noches, el Evangelio”.
Otras noticias importantes sobre Gauss las creencias se encuentra en su epistolario un amigo querido y cercano de Hungría, Volfang Bolyaimatemáticas. Una carta de Gauss de fecha 3 de diciembre de 1802, cierra así: ahora querida, adiós. Puede este sueño llamado vida suave, preludio de la vida real en su tierra natal, donde las cepas de las barreras del espacio, los látigos de penas, la languidez de nuestro miserable y no los deseos más del amanecer y el espíritu. Coraje, y sin estruendos traemos al final nuestra carga, pero no pierdas de vista la más alta.
Y cuando ahora nos regocijamos a deponer la carga y vea abajo el denso velo. Cuando anuncia a su amigo el nacimiento de un hijo, éstos, demostrando una vez más que posee una visión religiosa de la existencia, declara: has ahora con la mano los pJohn DaltonJohn Daltonrimeros eslabones en la cadena de destino de la existencia eterna que se extiende hasta el infinito. Serio y grave, pero dulce vocación.
Lo siento por el ex seminarista Odifreddi, pero otra vez es verificable la famosa frase de Bacon, Boyle y Pasteur: "poco de ciencia de Dios, pero mucha ciencia conduce a él".