La mañana había empezado bien para Jimmy McGardigan, tomó su desayuno de 2 huevos no muy fritos y procedió a darse una ducha antes de ir a trabajar. ARTICULO CÓMICO | RISOTERAPIA
No se percató de que su pequeño y demoníaco vecino, un niño de 12 años aficionado a las bromas pesadas le había puesto pegamento en el bote del champú, y tras 3 minutos frotando empezó a darse cuenta que no podría quitar las manos de su cabeza.
Con los brazos en alto y las manos pegadas a la cabeza probó todas las formas de comunicarse con alguien que le ayudara a solucionar esta situación, sin éxito.
Decidió entonces entrar en la primera tienda que vió para pedirle a un empleado que cortara con unas tijeras su pelo, encontrando solamente empleadas que al verle con los bazos arriba acercándose, no escucharon sus palabras y huyeron despavoridas llamando a la policía, que esta si, finalmente ya en la comisaría le ayudo a cortarse el pelo.