Hay que distinguir que el perro nota el tono de la voz y si le reprimes baja la cabeza y mira con ojos que parecen pedir perdón.
Es sólo una reacción instintiva a la reprimenda, el hecho de que estás diciendo algo con un tono que ellos perciben como negativo y no a la culpabilidad real.
Para que un perro sienta culpa debe saber porqué se le reprime, además saber que no es castigado por otros motivos, él puede pensar simplemente que el que le reprime es malo. Para evitarlo hay que establecer una relación con tu perro basada en lo bueno y lo malo perdonándole tras el paso de unos minutos después de una reprimenda.
Hecho esto tu perro aprenderá que cosas no debe hacer y él mismo intentará no hacerlas, podrás ver que las ha hecho sin saberlo cuando le veas venir con la cabeza gacha sin razón aparente.
Trata de regañar a un perro que se orinó en la casa y quien no hizo nada... su reacción no será la misma.