Según los datos ofrecidos por la Estadística de Propiedad Industrial de la Oficina Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Energía y Turismo durante el año pasado, Andalucía superó a Cataluña en número de patentes.
En concreto las solicitudes de patentes supusieron un total de 517, suponiendo un claro aumento respecto al año anterior, donde se alcanzó la cifra de 468 solicitudes. Con ello Andalucía consigue incrementar sus solicitudes en nada menos que un 9,5% más. Este incremento, ha sido el mayor de España tanto en términos absolutos como porcentuales.
Por su parte en Cataluña la cifra de patentes presentadas descendió un 8%. En cifras absolutas un total de 512 correspondieron a Cataluña mientras Madrid, con un 2,6% alcanza la cifra de 567 solicitudes. En el caso madrileño sin duda, el "efecto capitalidad" ha tenido una influencia positiva.
Casi la mitad de los solicitantes andaluces (241) fueron particulares, 142 solicitudes correspondieron a universidades anndaluzas, un total de 117 fueron presentadas por empresas privadas y el resto (27) correspondieron a organísmos públicos.
Lamentablemente el empuje y dinamismo andaluz no tiene su correspondencia en el resto de España, que con un retroceso del 4,3% confirma las enormes dificultades y la merma que acusa el sector industrial. Seis años ya de caídas seguidas en las patentes españolas, suponen un motivo para la reflexión sin duda.
La reducción de las presentaciones de patentes en España pasa de ser una mera cifra a ser el resultado de una menor inversión en I+D+i. Los recursos para la inversión se han limitado y ello contrasta con una cada vez más necesaria especialización en un contexto mundial cada vez más competitivo y dinámico.
Baste dar un dato: de las 3 grandes economías españolas, una vez descontados los datos energéticos y ciñéndonos exclusivamente al comercio de productos que España produce (balanza no energética) nos encontramos que tan sólo Andalucía logra beneficio en el exterior, mientras que Madrid y Cataluña tienen déficit comercial. Sin duda, una situación muy grave, habida cuenta de la enorme deuda que tiene España en el exterior y la imperiosa necesidad de la economía española por obtener divisas.